“
No son las cosas no dichas las que me duelen. Sí, esas se quedan en la mente y son caldo de cultivo para muchas preguntas.
Sin embargo, son las frases que alguna vez pronuncié y que tú ignoraste las que generan mis mayores tristezas. Haber entregado mi corazón a través de las palabras y que éstas llegaran a oídos sordos.
Oídos que intencionalmente no quisieron entender, ojos que a propósito escondían su mirar, labios que dijeron mentiras sin vacilar…
”— | Historias de Sal, Camila Buzzo. |
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